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jueves, febrero 08, 2024

“El niño y la garza”: la estética de Hayao Miyazaki.

A estas alturas del juego, pienso que nadie pone en duda la condición de Maestro de la animación de Hayao Miyazaki. Con El niño y la garza, este japonés demuestra nueva vez que está muy por encima de lo convencional cuando propone este tipo de dramas para adultos (ojo al dato), en los que nos conversa sobre ciertos temas con mucha más profundidad que muchos filmes de acción real.

En efecto, Miyazaki ha conformado una estética que lo distingue de otros maestros de la animación, Walt Disney incluido. Miyazaki, por ejemplo, representa de manera única el mundo de los sueños con personajes mucho más definidos en términos de su sicología y el arco narrativo a su servicio. Renuncia a sueños de princesas, para adentrarse en los mundos sobrenaturales, mucho más ricos en posibilidades dramáticas.

Los filmes del estudio Ghibli no son para niños menores de 7 años. Los niños pueden verlos, pero en muy difícil que los entiendan. El tema de los cambios físicos y mentales del paso por la adolescencia, por ejemplo, resulta complejo cuando lo plantea Miyazaki. Los eventos mágicos (en forma de hechizo) siempre están presentes en el anime de Miyazaki. Pero, distinto a la estética Disney que todo lo resuelve agitando una varita mágica, Miyazaki sumerge a sus personajes en el famoso viaje del héroe que, por vencer ciertos obstáculos, llega a un estadio de maduración que le permite ver la vida de otro modo. El viaje de Chihiro, es un perfecto ejemplo de la niña que debe superar una serie de pruebas para restablecer el equilibrio de su familia, alterado por una mudanza.

Miyazaki hace énfasis en la madurez de sus personajes femeninos, convoca una nueva solidaridad con ellas, a partir de sus propios procesos de transformación. Disney, lo sabemos, sigue apostando a ingenuas princesas que buscan, de manera incansable, un príncipe azul para parirle un heredero. Lo mejor: filmes como La Princesa Mononoke ponen su acento en crear una conciencia más preocupada por el medioambiente, sin que se vea como panfleto ecologista.

La larga introducción nos lleva hasta El niño y la garza, el nuevo filme de Hayao Miyazaki que ya recibió el Globo de Oro a la mejor película de animación. Miyazaki no es ajeno a los premios, recordemos que El viaje de Chihiro (2001), es el único anime que ha conseguido un Oscar…hasta ahora.

El niño y la garza es la historia de Mahito, un niño de 12 años que pierde a su madre durante la Guerra del Pacífico. Su padre se casa con la hermana menor de la difunta y se mudan a la casa de campo (nueva vez el tema de la mudanza y sus implicaciones). Mahito debe lidiar con el dolor de la pérdida, mientras una garza lo persigue a todas partes.

El filme, aunque basado en la novela homónima de Yoshino Genzaburó, es el filme más personal de Miyazaki quien, como era de esperarse, no renuncia a su estética, única y exquisita. Miyazaki nos sumerge en un mundo surreal en el que las cosas adquieren otro significado y, como en los sueños, no tenemos control sobre los eventos.

El niño y la garza inicia con la tragedia de una ciudad en llamas por la guerra. Es el recuerdo del propio director a la edad de 3 años, cuando tuvo que evacuar la ciudad de Utsonomiya, cubierta de un impresionante cielo rojo por los incendios.

Al igual que Mahito, Miyazaki se mudó luego a la estancia familiar en Kanuma, gracias a que su familia podía darse ciertos lujos, aún en tiempos de guerra. Siendo niño, la madre de Miyazaki enfermó de tuberculosis y permaneció en cama varios años. Eso, sin duda, dejó una huella en la personalidad del niño que posteriormente le serviría en la construcción de su estética. 

El niño y la garza se inscribe así en la búsqueda de paz interior para un niño que no comprende la estupidez de la guerra, ni la irracionalidad de los adultos frente a la dura realidad. Con sus aliados, reales o imaginarios, Mahito debe hacer su recorrido, debe aprender a soportar los cambios del destino, debe forjarse un carácter que será su única salida del caos que significa convertirse en un adulto. Pero para esa conversación no estamos preparados. 

El niño y la garza (2023). Dirección y guion: Hayao Miyazaki; Fotografía: Atsushi Okui; Edición: Takeshi Seyama; Música: Joe Hisaishi; Voces japonesas: Soma Santoki, Masaki Suda, Yoshino Kimura. 

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