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martes, enero 16, 2024

“Los que se quedan”: Alexander Payne y la estética del perdedor.

Cuando se analiza la filmografía de Alexander Payne fácilmente se puede colegir que siente una profunda empatía por el loser, personaje ampliamente explotado en la literatura y el cine de Estados Unidos. Ese perdedor se representa en aquellas personas con grandes potencialidades o aptitudes para tareas específicas que no llegan a conocer su redención y se quedan como simple dato estadístico, como sombras que caminan entre la multitud de cualquier avenida, o perecen en el más cruel anonimato, enjaulados en instituciones de segunda. Para poner un ejemplo, cualquier detective privado de film noir es un loser: despedido de la policía, divorciado y alcohólico. Por suerte, los perdedores sí tienen quien les escriba y los describa.

Payne ha realizado filmes como Entre copas (2004), su mayor éxito de crítica, con el que logró incluso a ganar los Globos de Oro a la Mejor Película (Comedia) y Mejor Guion Adaptado, así como el Oscar al Mejor Guion Adaptado. En About Schmidt, Los descendientes y Nebraska también está presente el perdedor, en los personajes de: Warren (un jubilado de 66 años que siente que lo pierde todo), Matt (un padre que no tiene la menor idea de cómo lidiar con la revolución hormonal de sus hijas) y en Woody (un lastimoso anciano que deambula en busca de un millón de dólares).

El talentoso actor Paul Giamatti colaboró con Payne en Entre copas, y crearon a Miles, un divorciado traumado y novelista frustrado, personaje por el que ganó el Premio Spirit y que lo llevó a las puertas del Oscar. Juntos nueva vez, ahora nos presentan Los que se quedan, filme por el cual Giamatti ya tiene su tercer Globo de Oro y le asegura una nueva nominación al Premio de la Academia.

Esa Estética del perdedor comienza por los rostros de los actores que los encarnan y Giamatti (al igual que Nicolas Cage, Willem Dafoe, John Malkovich y William H. Macy) tiene una apariencia física que le ayuda bastante para representar a los perdedores: solo basta verle la cara para que nos abrume la certeza de que algo va a salir mal. Pero es innegable que detrás su personaje en Los que se quedan, Paul Hunham, un profesor de historia que huele a pescado y es odiado por sus alumnos, hay toda una extraordinaria labor de carpintería que cualquier cinéfilo exigente está en la obligación de aquilatar en su justa medida.

A Giamatti le acompañan Da’Vine Joy Randolph, también premiada con su Globo de Oro y camino al Oscar; y Dominic Sessa, joven actor que presenta credenciales y cuyo personaje sabemos de sobra saldrá inmaculado, protegido por los de siempre. Para que funcione nuestro drama, es esencial la química entre los tres personajes y en este filme funciona de maravilla. 

Los que se quedan cuenta la historia de tres perdedores en New England de 1970 quienes, cuando llegan las vacaciones de Navidad, deben quedarse literalmente enclaustrados en la Academia Barton, porque simplemente no tienen ninguna otra opción: afuera solo hay nieve y soledad y nadie está disponible para ayudarles con su pesada carga de pesimismo y negatividad.

Payne parte del excelente guion de David Hemingson (a partir de la idea que tuvo Payne cuando vió Merlusse (1935, Marcel Pagnol) que nos siembra en un túnel, pantanoso y sin luz en el fondo, que no conduce a ningún sitio, ni permite escapatorias: es una prueba más para ver quién resiste más embates de la vida, quién soporta más humillaciones de sus colegas, quién se corona como campeón de la tristeza.

Payne potencializa su Estética del perdedor y su percepción de destierro y abandono con un entorno completamente nevado y frío que les congela el alma. Es apenas inicio de invierno y la aspiración de que llegue la primavera luce inalcanzable. Mientras el resto del mundo celebra sus fiestas, estos personajes deben sobrevivir con las sobras de la felicidad ajena, como náufragos en una isla desierta que no tienen qué comer.

En medio del paisaje congelado no florecen las esperanzas de la primavera y Payne lo sabe. Pero siente una empatía inexpugnable por sus personajes y justo cuando están al límite de sus fuerzas, cuando están a punto de rendirse, prefiere entregarlos a la rutina de su anonimato, a la dulce tragedia de su vacío existencial, al eterno retorno de Nietzsche sin Kundera, condición que hace de Los que se quedan, uno de los mejores estrenos del año.

 

Los que se quedan (2023). Dirección: Alexander Payne; Guion: David Hemingson; Fotografía: Eigil Bryld; Edición: Kevin Tent; Música: Mark Orton; Elenco: Paul Giamatti, Da’Vine Joy Randolph, Dominic Sessa.

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