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miércoles, octubre 25, 2023

“No me conoces”: la epifanía de Nashla Bogaert.

Todos somos extraños cuando nos miramos frente al espejo, sobre todo cuando las preguntas se generan desde los vacíos de nuestra identidad. No me conoces, debut como directora de Nashla Bogaert, se pregunta, nos pregunta por el uno que se constituye en parte esencial de lo que somos, de lo que decimos que somos, de lo que queremos ser.

A propósito de Isla de plástico, ya me he referido a la travesura de Bogaert de abandonar su zona de confort como una de las actrices de mayor éxito de nuestro cine, para embarcarse en proyectos sembrados de desafíos. Ella ha sido clarísimo objeto del deseo desde Cristiano de la secreta (2009, Archie López), pasando por ¿Quién manda? (2013, Ronnie Castillo), hasta Colao 2 (2023, Frank Perozo), secuela de la exitosa comedia, próxima a estrenarse en cines.

Pues ahora nos presenta credenciales como directora y, de nuevo, sale airosa de la prueba. Lo curioso es que lo hace desde el documental y tratando un tema especialmente espinoso, especialmente doloroso: las negaciones desde las cuales se cimentan muchos aspectos de nuestra identidad.

Para los dominicanos, gentilicio que significa “propio de o relativo al amo” (?), nada más difícil que aceptarnos como producto de un crisol que conjugó (y sigue conjugando) todos los genes, todas las razas, todos los sueños premonitorios, todo el espanto realmaravilloso en este nuevo mundo, en este ámbito único que es el Caribe.

Por cuestionar, Bogaert lo cuestiona todo, comenzando por los inútiles libros de texto, escritos por los vencedores para ser usados como auténticas herramientas de enajenación y legitimación del “divide y vencerás”, a propósito de nuestras tonalidades de piel. En Dominicana, nada es absoluto, todo es relativo, y una cosa es si eres “popi” y otra muy distinta si eres “wawawá”.   

Con orgullo nos proclamamos “quisqueyanos”, otro gentilicio que hasta aparece en nuestro himno, sin percatarnos de que esa definición viene dada por los que llegaron de afuera y se corresponde más con la forma despectiva, colonial en que nos ven y definen los que, en su afán de exterminio, poco tienen que aportar: está estrechamente vinculada a una perspectiva limitante.

En su búsqueda de respuestas, Nashla lo apuesta todo y nos muestra su lado más vulnerable, más allá de la felicidad de las redes sociales y las alfombras rojas, esa “muchachita vieja” de San Francisco de Macorís que necesita reconciliarse con los obstáculos encontrados en su historia que, de alguna manera, es también nuestra historia, la de todos y todas los que sentimos esa insoportable levedad del ser, definida por el maestro Kundera hace muchos años.

No me conoces, inicia con un plano cenital de la Silla de Anacaona, centro geográfico de la isla, en la tierra de Liborio (el más guapo), y, de forma sutil, nos conduce a tientas por un pasadizo en el que nos orientan las voces de los que ya conocen el camino. No es casual que la mayoría sean artistas: el cineasta Boynayel Mota, el músico José Duluc, el actor Vicente Santos, la actriz y comunicadora (y sicóloga) Zoila Luna, la cantautora Xiomara Fortuna, el gestor Freddy Ginebra, y otros muchos que no menciono por cuestiones de espacio. Los artistas son los auténticos revolucionarios de cualquier época.

No me conoces deja en evidencia que somos una sociedad castrante y despersonalizadora, que hace trizas las ganas de ser una nación en pos de un subdesarrollo endémico, un “deja esa vaina así” que nos mantiene al borde del abismo desde tiempos inmemoriales y amenaza con perpetuarse si no asumimos la identidad como forma de resistencia y nos revelamos en nuestras posibilidades, sin miedos inculcados, ni prejuicios en el alma. Para rebelarnos, un imaginario poderoso que hace imperativo darle uso a nuestras alas, porque como escribiera el poeta Pedro Mir, nos coloca “en el mismo trayecto del Sol”.

No me conoces (2023). Dirección: Nashla Bogaert; Investigación: Johanné Gómez y Lía Briones; Fotografía y edición: Israel Cárdenas; Música: Carlos Zouain; Sonido: Franklin Hernánez; Entrevistas: José Duluc, Vicente Santos, Zoila Luna.

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