“Toda época pasada fue mejor” reza un popular sofisma. Al margen de su rigor filosófico, creemos en su significado porque, siempre de acuerdo a nuestra nostalgia, todo era de oro: los años “dorados” del merengue, de nuestra infancia, de la burbuja mágica en que vivíamos y la magia de cualquier programa de televisión que nos transportaba a otros mundos. Nuestros padres eran superhéroes que resolvían cualquier problema y los días pasaban mientras cosechábamos curiosidades.
Croma Kid, debut como realizador de Pablo
Chea, es el inventario de los colores de los años ochenta de acuerdo a la
mirada de este director, hijo de Claudio Chea, uno de los maestros de la
dirección de fotografía en Dominicana. Pablo ya ha construido un nombre por sí
mismo como director, guionista y, sobre todo, brillante editor de filmes como: Cuarencena,
El Blanco, La fiera y la fiesta y Bantú Mama y en cada frame del filme, se respira un guiño
autobiográfico.
Para los
que se preguntan por el título, croma es el nombre genérico que recibe el truco
cinematográfico que consiste en rodar frente a una pantalla monocromática
(habitualmente verde o azul) y luego sustituir esa imagen por una postal de
cualquier ciudad del mundo, el espacio sideral o algún efecto visual que
funciona como carnada hipnótica para el espectador. El “Croma Kid Show” es el
programa televisivo que producen Daniela, Brandon y Lito, padres y abuelo de
Emi, el auténtico protagonista de nuestra historia.
Para Emi,
como para cualquier preadolescente, tener unos padres que visten
inapropiadamente para cualquier ocasión y se dedican al mundo de la magia en un
programa de televisión que nadie ve, es motivo de vergüenza absoluta. Su amor
por ellos no se discute, ni que sean una familia funcional atravesando una crisis
económica, es solo que Emi no quiere pertenecer a ese mundo plagado de
incertidumbres.
Esta es la
razón de su negativa a colaborar de alguna manera con la producción de los
trucos de magia para el “Croma Kid Show”. Pero “hijo de gatos caza ratones” y la
adolescencia no es más que llenarnos de preguntas en torno a cómo funcionan las
cosas. Y nada detendrá a Emi en su afán por conocer cada secreto de la cámara,
de las luces, de la edición, de los trucos para volver a creer que la familia
puede volver a estar completa y unida.
Chea y su
magnífico equipo de trabajo reconstruyen con detalles muy precisos la estética
ochentera en Dominicana: entre merengues de Wilfrido, un equipo Betacam de ¾
que era la tecnología de punta de ese entonces, con esa furgoneta que cargaba
todos los equipos e indumentarias necesarias, todas las esperanzas, toda la
gente portadora de ganas de echar pa’lante. O esa casita de colores y
arquitectura caribeña que está a punto de perderse por una hipoteca. Las calles
no eran la jungla del más fuerte que son hoy día y el castigo en el colegio era
ordenar los libros de la biblioteca. Casi como un sueño.
Croma Kid puede tomarse como nuevo referente
de la calidad de realización en el cine dominicano porque detrás de la aparente
simplicidad de su puesta en escena, se evidencia un excelente ejercicio de
fotografía, edición, efectos visuales, dirección de arte (y otros
departamentos) que lo deja bien claro: estamos en capacidad de producir películas
al nivel de otras cinematografías.
Hay un juego de cajas chinas en Croma Kid que resulta divertido como rompecabezas familiar: los protagonistas Nashla Bogaert y David Maler son pareja en la vida real, al igual que los productores Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas, los padres de Bosco, o sea, todo parte de que son una verdadera familia. Se puede decir, con toda propiedad, que Guzmán y Cárdenas han engendrado este filme (a través de Aurora Dominicana), junto a Rafael Elías Muñoz (de Lantica Media). Aún más (cosas de pueblos chiquitos), esa Guzmán algún parentesco guarda con otro gran maestro de la cinematografía local, Peyi Guzmán. Por eso, a veces lo que vemos no es un personaje de un filme, sino el producto de decenas de cruces de destinos y personas, un pasillo de casa de espejos en la que nada es verdad, ni mentira, solo circunstancia.
Lo
importante: Croma Kid nos invita a acompañar a Emi en sus andanzas y es un
llamado irresistible para viajar a una época que la nostalgia obliga a
calificar de dorada. Esta afirmación no es un sofisma.
Croma Kid
(2023). Dirección: Pablo Chea; Guion: Pablo Chea e Israel Cárdenas; Fotografía:
Israel Cárdenas; Edición: Pablo Chea, Israel Cárdenas, Fernando Henríquez;
Música: Grégoire Blanc; Elenco: Bosco Cárdenas Guzmán, Nashla Bogaert, Yasser
Michelén, David Maler, Jaime Piña.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario