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jueves, febrero 02, 2023

“As Bestas”: intenso drama de Rodrigo Sorogoyen.

As Bestas es como los lugareños llaman a los caballos salvajes que habitan en el altiplano gallego. Son unas bestias portentosas, imponentes, casi indomables. En la impresionante escena de apertura, vemos a los lugareños luchar frente a frente contra las bestias, cuerpo a cuerpo, hasta lograr inmovilizarlas.

Esa zona de Galicia es inclemente para quienes la habitan y ha terminado por moldear el carácter de quienes enfrentan condiciones climáticas tan adversas, la “gente del monte”. “Gente del monte” para lo bueno (se necesitan unos a otros para sobrevivir), pero también para lo malo (no se admiten disidencias). Por supuesto, esa naturaleza se convierte en un personaje más dentro de la puesta en escena.

Antoine y Olga son una pareja francesa que ha renunciado al confort de la ciudad para instalarse en la zona y recomenzar una nueva vida, cosechando hortalizas, criando algún ganado y asumiendo un estilo de vida rústica que le provee paz, mucha paz.

El conflicto se presenta cuando una compañía de energía eólica quiere comprar los terrenos de la zona para instalar sus molinos de viento. Deben vender todos o no habrá negocio y la gente del monte está cansada de trabajar a cambio de muy poco.

Con estos elementos, Rodrigo Sorogoyen construye en As Bestas un intenso drama que no da tregua al espectador, una sobrecogedora puesta en escena que nos deja sin aliento, una densidad narrativa completamente absorbente. A la lamentable xenofobia (que algunos perciben como natural), suma el choque de culturas (de lenguajes y actitudes), el enfrentamiento por lo que es más justo para toda la comunidad, frente a los intereses individuales. Muchas de las discusiones, vaso de vino de por medio, se dan en gallego y francés. Como siempre, el problema no es el idioma: es que todos hablan, pero nadie escucha.

La aparición de los modernos molinos de viento no es casual: en As Bestas hay un Quijote que lucha contra la adversidad del clima y el acoso de quienes no comulgan con su idea tan simple como sorprendente: es posible vivir feliz en un lugar en donde faltan tantas cosas.

Esta lectura remite a la estructura clásica del western (la “vaquerada”) en que un hombre (y su pareja) enfrentan a todo y a todos, a veces exponiendo el pellejo, a cambio de marcar su propio territorio y reclamar el derecho de hacer valer su verdad. Porque de eso se trata: no hay buenos ni malos: todos, de alguna manera tienen razón y lo importante es no alterar la posibilidad de llevarse bien con el vecino.

Sorogoyen utiliza los elementos de contraste de que dispone para incrementar la tensión entre protagonistas: franceses educados versus campesinos gallegos, franceses que desde tiempos inmemoriales han intentado conquistarlos, que usan regularmente los avances tecnológicos (internet, cámaras digitales) y que traen su optimismo de nuevo cuño frente a la desesperanza ancestral de los del monte. Y lo que logra es absolutamente impresionante.  

As Bestas consiguió en San Sebastián uno de los galardones más deseados por los productores: el Premio del Público y en Tokyo los premios a mejor película, mejor director y mejor actor (Ménochet). Ostenta 17 nominaciones al Goya, 7 preselecciones a los Premios Platino y hace unos días se alzó con 3 Premios Feroz: mejor película, mejor actor de reparto (Zahera) y mejor música y 2 Premios Forqué: mejor película y mejor actor (Ménochet).

De hecho, al momento de escribir esta nota As Bestas ya sobrepasa los $4 millones de euros en recaudación en España y aunque no me gusta usar esta forma de razonar: tanta gente no puede estar equivocada. Regálese uno de los mejores filmes españoles de los últimos años.

As Bastas (2022). Dirección: Rodrigo Sorogoyen; Guion: Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen; Fotografía: Álex de Pablo; Edición: Alberto del Campo; Música: Olivier Arson; Elenco: Marina Fois, Denis Ménochet, Luis Zahera.

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