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miércoles, junio 30, 2021

El Padre: una extraordinaria actuación de Anthony Hopkins.

Desde que ganó el Oscar al mejor actor por El silencio de los inocentes (1991, Jonathan Demme), Anthony Hopkins se inscribió por talento propio en la élite de los mejores actores del cine contemporáneo.

Y no era para menos: su caracterización del doctor Hannibal Lecter nos sembró por siempre el miedo en los huesos, el terror por consumir cualquier cosa frita que pueda acompañarse de un Chianti. Para medir el impacto de este personaje en los espectadores, bastaría recordar que el doctor Lecter solo aparece unos 24 minutos y 52 segundos en pantalla en toda la película, pero su huella se queda en nuestra memoria por muchos meses y años. Nada que una buena terapia no pueda resolver. Solo cuide con quién se consulta.

A partir de ahí, Hopkins ha construido una de las carreras más sólidas del cine y solo mencionaré algunos de los personajes reales que ha interpretado para nuestro deleite: su Richard Nixon en Nixon (1995, Oliver Stone), su Pablo Picasso en Sobrevivir a Picasso (1996, James Ivory), su John Quincy Adams en Amistad (1997, Steven Spielberg) y hasta el mismísimo Rey del Suspenso en Hitchcock (2012, Sacha Gervasi).

Algún día abordaremos el caso de Lo que resta del día (1993, James Ivory) como una de las joyas del cine contemporáneo que mucha gente debe descubrir. Pero algunos no están preparados para esta conversación.

Así llegamos a El Padre, debut para el cine del dramaturgo Florian Zeller, quien adapta su propia obra de teatro y consigue uno de los mejores filmes del año. El Times lo ha llamado “el más excitante dramaturgo de nuestros días”. Hopkins ha ganado su segundo Oscar a mejor actor, pero también otros importantes premios: su quinto Bafta, su tributo en Toronto, su tributo en Palms Springs y un larguísimo etcétera.

El Padre trata la historia de un anciano que padece el Mal de Alzheimer, un tema que cada vez se hace más frecuente en el cine. Lo novedoso es la perspectiva, con la que el filme puede lograr lo mismo que Silver Linings Playbook por los enfermos del trastorno bipolar: una íntima aproximación desde la perspectiva del paciente que crea una empatía, profunda e instantánea.

Hopkins se vale de todo su arsenal de actor para lograr una actuación orgánica, en que nos arrastra a los estados de confusión y delirio del personaje de una manera sutil, sin sobresaltos innecesarios, con la gracia del veterano actor que dosifica sus variables y las acomoda a las necesidades dramáticas del guion.

En ese sentido, El Padre deberá convertirse en un filme de visión obligatoria para los profesionales del área, así como para los familiares de quienes padecen de la pérdida progresiva de la memoria, entre otros síntomas de esa terrible enfermedad, que acaba por convertir en restos de piel y huesos a nuestros más cercanos, ante nuestra total incapacidad de ayudarles.

Eses drama, servido exento de terminología científica para su mayor compresión, es el mayor logro de un filme que nos deja exhaustos en el asiento, desorientados como nuestro protagonista, esperando un milagro que jamás habrá de producirse. Una realidad tan desconcertante como inexpugnable. Para todos, un verso de Serrat: “Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”.

 

El Padre (2020). Dirección: Florian Zeller; Guion: Christopher Hampton y Florian Zeller; Fotografía: Ben Smithard; Edición: Yorgos Lamprinos; Música: Ludovico Einaudi. Elenco: Anthony Hopkins, Olivia Colman, Imogen Poots.  

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