La edición número 23 del Festival de Málaga, Cine en español estaba prevista para el pasado 13 de marzo, la jornada previa a la declaración del estado de alarma por la pandemia del coronavirus.
La pandemia del covid 19 todo lo ha aplazado, pero ya se conocen las nuevas fechas para el certamen malagueño: tendrá lugar entre los días 21 y 30 de agosto de 2020. En las últimas semanas se había especulado con que su duración sería menor, pero los buenos datos sanitarios que deja la pandemia han llevado al festival a recuperar sus 10 días de programación.
El otro anuncio con el que Málaga sorprende es que la
cinta encargada de abrir el certamen, y de concursar a la vez por la Biznaga de
Oro, será La boda de Rosa, de Icíar Bollaín. La película está
protagonizada por Candela Peña y Sergi López, y ya estaba programada a concurso
en la edición de marzo.
A la
espera de conocer cómo queda la sección oficial ya sabemos que habrá, al menos,
otras dos películas que no estarán en competición: Hogar, de los hermanos
Pastor, que ya ha llegado a Netflix, y Uno para todos, de David
Ilundain, que abrirá el BCN Film Fest en junio y se estrenará en salas el 14 de
agosto.
El consejo
de administración del Festival de Málaga ha aprobado por unanimidad el Plan director
de la 23 edición, que incluye todas las medidas sanitarias que se adoptarán
cuando llegue la muestra: una de las principales novedades del certamen será la reprogramación de unos
contenidos centrados prioritariamente en las secciones
oficiales a competición, que se proyectarán en espacios cerrados a fin de
controlar el aforo y garantizar las distancias de seguridad. Además, se anulan
los encuentros colectivos y lúdicos, así como toda actividad susceptible de
aglomeración de público. De hecho, la tradicional alfombra roja a las puertas
del Teatro Cervantes se sustituye por un gran photocall para medios de
comunicación.
Entre los elementos que
han decantado la celebración este año, pese a su aplazamiento, destaca la
necesidad de apoyo al sector audiovisual, afectado como pocos por la crisis del
coronavirus. Si antes el apoyo del Festival de Málaga era fundamental tanto en
el ámbito nacional como en el internacional, ahora lo es mucho más, señalan
desde la dirección, asegurando que se mantendrán las ayudas de producción y
se trasladará al formato online el espacio de Industria MAFIZ, la más
complicada por cuanto incluye viajes internacionales.
Asimismo, desde el Festival se subraya su valor como elemento dinamizador de la economía y el impacto en la marca de la ciudad. Y por último, se pone en valor el elemento presencial frente a otros certámenes que han apostado por trasladarse íntegramente al mundo online. El de Málaga es un festival de público y prensa y, aunque con algunas limitaciones este año en el primer aspecto, no queremos dejar de abonar esta identidad, asentada y valorada, aclaran, por ello es fundamental esta dimensión presencial, de encuentro con el sector y el público, de promoción de las películas en salas y de dinamización socioeconómica para el sector y la ciudad.
Para no perder ese contacto con el público, el festival potenciará la emisión en directo de presentaciones en grandes pantallas situadas en espacios de referencia de la ciudad, que tendrán incluso una programación específica. También se proyectarán al aire libre parte de la programación, y se fomentará la comunicación online con público y prensa, eliminando folletos informativos y programas de mano.
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