The Irishman arranca con un plano-secuencia (marca
de estilo de su director Martin Scorsese) en el pasillo de una residencia para
envejecientes. De repente, la cámara se detiene, se gira y entra (entramos) en
una habitación para encontrarnos con un decrépito Frank Sheeran, empotrado en
su silla de ruedas, con el enorme peso de sus años de vida criminal, pero
perfectamente lúcido. Tenemos suerte: el hombre quiere confesar (o sea,
confesarnos) algunos de los detalles que le llenan el alma de fantasmas.
El
formidable gancho está lanzado y caemos hechizados a la experiencia del filme
de mayor duración en la carrera de Scorsese (3 horas y 30 minutos), que es
también el filme de amplio estreno de mayor duración en los últimos 20 años.
Para mantenernos
despiertos, Scorsese cuenta con la mano maestra del guionista Steven Zaillian,
quien se basa en el libro “I Heard You Paint Houses” de Charles Brandt.
Zaillian logra la maravilla de un guion lleno de puntos de giro en que se renueva
la atención sobre ciertos personajes, teniendo siempre a Sheeran (el irlandés
del título) como eje central. Incluso, se permiten fundir pasado, presente y
futuro de los personajes al momento de presentarlos, con los detalles de la
forma y la fecha de su muerte. Absolutamente brillante.
Zaillian es
ganador del Oscar por su libreto para La lista de Schindler (1993, Steven
Spielberg), pero tiene otras tres nominaciones: Awakenings (1990), Gangs
of New York (2002, también dirigida por Scorsese) y Moneyball (2011).
El lado oscuro del alma americana.
Siempre he
hablado de Scorsese como el cineasta americano contemporáneo que más sabe de
cine. Así como de su fascinación por los anti-héroes vinculados a la historia
de Estados Unidos. Realizador, además, de la película más honesta que he visto
en mi vida: La última tentación de Cristo (1988).
Scorsese se
crió en el Little Italy de New York y habla de las cosas que conoce de primera
mano, de las que vivió cuando niño y adolescente, de las que vio con sus
propios ojos en esos vecindarios en que convergen las fuerzas más poderosas del
universo: judíos, italianos e irlandeses, en un caos cósmico que ha estado
presente en su cine desde Who’s that Knocking at my Door? (1967),
su filme debut.
A estas
alturas ya nadie pone en duda que Toro salvaje (1980) es la mejor
película de esa década, además de que consagraba a su protagonista, Robert De
Niro, como el mejor actor del cine, con su Oscar incluído. De Niro ya había
estado en Main Streets (1973), Taxi Driver (1976) y New
York, New York (1977). Con The Irishman completa su novena colaboración
con Scorsese, la décima si contamos el cortometraje The Audition (2015).
En vez de
hacer cine que parecen parques temáticos (el chisme del 2019), Scorsese se
decanta por examinar el lado oscuro del alma americana y lo hace con la
majestad de quien conoce su oficio de cineasta a la perfección. Sus fuentes de
cine clásico (Hitchcock, por ejemplo) le enseñaron qué hacer para crear suspenso
y eso no le falta en The Irishman.
El mundo de
la mafia, algo tan cotidiano para quien creció en su barrio, lo retrata de
manera magistral en varios de sus filmes: Goodfellas (1990), para muchos la
mejor película sobre gángsters, Casino (1995) e Infiltrados (2006), por
la que finalmente ganó el Oscar, aunque muchos consideramos ese un filme “menor”,
dentro de su excepcional filmografía.
En ellas se
hace una radiografía de los grupos económicos y sociales que se mueven en las
sombras y que deciden, desde la elección de Kennedy hasta su muerte, pasando
por financiar la invasión a Playa Girón, teniendo los negocios ilícitos, en cualquiera
de sus formas, como único mandamiento y objetivo permanente.
Scorsese
presenta hechos, no juzga, no se erige en moralista mojigato. Hace uso de su
brillante discurso cinematográfico (mención especial para su editora Thelma
Schoonmaker: 79 años y con velocidad de quinceañera) y nos mete en su mundo, sin
resistencia, anulando momentáneamente nuestros complejos de culpas. No hay nada
que perdonar, a pesar de la constante presencia de símbolos católicos en sus
filmes.
De Niro versus Pacino.
Robert De
Niro y Al Pacino son dos de los mejores actores del cine americano y, como
emergieron en la misma etapa, el morbo popular se ha encargado de alimentar todo
tipo de historias en su supuesta rivalidad.
De Niro se
consagró (a las órdenes de Scorsese) con Taxi Driver (1976) y a lo largo de
muchos años ha mantenido una carrera llena de formidables actuaciones y muchos
desaciertos. Pero, sin duda es el mejor que vimos en la década de 1980-1990.
Pacino se
consagró un poco antes, con El Padrino II (1974) y lo largo de muchos
años ha mantenido una carrera envidiable. Por cierto, este filme marcó la
primera vez que su nombre aparecía junto al de De Niro en el elenco, aunque no
compartieron escena y fue este último quien consiguió su Oscar, como mejor
actor de reparto. Pacino lo ganó mucho después, por Esencia de mujer (1992),
21 años después de su primera nominación.
La segunda
vez que De Niro y Pacino (ahora sí) se vieron las caras fue en Heat
(1995). Y hace 11 años en Righteous Kill.
Una de las
razones para recomendar The Irishman es ser testigos del 4to
round entre estos superdotados, estos dos monstruos frente a frente, dando
cátedra de actuaciones fuera de este mundo, en un enfrentamiento de miradas que
nos eriza la piel y nos hace aplaudir desde los asientos. Hacen que uno sienta
sed de sangre.
Como les
gusta las predicciones cinematográficas, aquí va una: de todas las nominaciones
que el filme puede conseguir, a la que le veo mayores posibilidades es a Pacino
como mejor actor de reparto. No imagino mayor justicia poética.
Como sería
justicia poética que Scorsese, ese pineo asmático que sobrevivió a un barrio habitado
por chicos rudos, ese espacio vital para una sociedad que predica piedad y ejercita
violencia, ganara todos los premios del mundo por The Irishman, uno de los
mejores filmes de 2019.
The Irishman (2019). Dirección: Martin Scorsese; Guion: Steven Zaillian, basado en el libro
de Charles Brandt; Fotografía: Rodrigo Prieto; Edición: Thelma Schoonmaker; Música:
Robbie Robertson; Elenco: Robert De Niro, Al Pacino, Joe Pesci, Harvey Keitel,
Anna Paquin.
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