Green Book
obtuvo el Premio del Público de TIFF que, aunque es un festival no competitivo,
permite que el público que acude a las proyecciones vote para determinar la
película favorita de las audiencias.
Es un galardón
que no tiene el brillo de los premios que conceden otros festivales de cine,
como el León de Oro de la Muestra de Venecia, la Palma de Oro de Cannes o el
Oso de Oro de Berlín, en parte porque TIFF no tiene una sección de competición.
Pero el Premio del Público tiene un importancia especial
para los estudios: en el pasado, el público de Toronto ha anticipado los filmes
que serán los más premiados en los Óscar de la Academia de Hollywood, por lo
que en el mundo del cine TIFF se ha convertido en un barómetro de las películas
que más éxito pueden tener.
La racha
de TIFF se inició en 1981, cuando el Premio del Público fue a parar a, la cinta
de Hugh Hudson que ese año ganó el Óscar a la Mejor Película. Carros
de fuego
Desde
entonces, el público de Toronto ha acertado en sus predicciones con American
Beauty (1999), Slumdog Millionaire (2008), The
King's Speech (2010), Argo (2012), 12 Years a Slave (2013) y
Spotlight
(2015).
Como a la prensa canadiense le gusta destacar, la
correlación entre el Premio del Público de TIFF y el gusto de los miembros de
la Academia está a años luz de la de los jurados de Venecia o Cannes.
Sólo una
película que ganó el León de Oro de Venecia ha ganado el Óscar a la Mejor
Película (La forma del agua en 2017). Lo mismo en el caso de Cannes: Marty,
en 1955.
Antes de
llegar a TIFF, Green Book ya se colocaba como una de las películas que podía
llegar a las nominaciones de los Óscar, pero tras su estreno mundial en
Toronto, las sospechas han quedado confirmadas.
La cinta
se basa en la vida real de Tony Lip, un duro italo-estadounidense que durante
años trabajó proporcionando seguridad en el club Copacabana de Nueva York y que
en 1962 se convirtió en el chofer de un destacado pianista negro, Don Shirley,
durante su gira por el sur de Estados Unidos. Esa gira de Shirley, interpretado
por el ganador del Óscar al Mejor Actor Secundario de 2017, Mahershala Ali, es
el corazón del filme.
Green Book
no es la única película que ha sido incluida en los candidatos a lo Óscar tras
su paso por TIFF, que concluyó tras 11 días de proyecciones con el estreno
mundial de Jeremiah Terminator LeRoy, dirigida por Justin Kelly e
interpretada por Kristen Stewart y Laura Dern.
Otros
títulos que han gustado al público y la crítica son: If Beale Street Could Talk,
del estadounidense Barry Jenkins; Roma, del mexicano Alfonso Cuarón; First
Man, dirigido por Damien Chazelle e interpretado por Ryan Gosling, y The
Hate U Give, de George Tillman Jr.
Si Green
Book ha conquistado al público de Toronto, los servicios de
"streaming" como Netflix y YouTube han reivindicado la calidad y
validez de sus producciones para las pantallas grandes.
Este
año, por primera vez en su historia, el filme de apertura de TIFF el pasado 6
de septiembre fue un largometraje producido por Netflix, Outlaw King, del director
David Mackenzie e interpretado por Chris Pine.
La película, que se centra en la vida de Roberto I de
Escocia, un noble escocés que en 1297 se rebeló contra el rey Eduardo I de
Inglaterra, no es la única de Netflix que se exhibió en TIFF.
Del total de 254 largometrajes que TIFF seleccionó este
año para su 43 edición, 8 eran de Netflix, la mayor cifra en la historia de la
muestra canadiense.
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