Cualquier
cinéfilo con un mínimo de curiosidad revisa la filmografía de Paul Thomas
Anderson y constata sin problemas que estamos ante uno de los cineastas
contemporáneos de más sólida carrera. Con razón Sight & Sound lo llamó “uno de los supremos talentos de hoy en
día”.
Anderson
inició con Hard Eight (1996), filme al que le seguirían dos títulos muy
poderosos: Boogie Nights (1997, que consolidó las carreras de Mark Wahlberg
y Julianne Moore) y Magnolia (1999, que le permitió ganar el Oso de Oro en Berlín).
Punch-Drunk Love (2002), protagonizada por Adam Sandler, Emily Watson y Philip Seymor
Hoffman (uno de sus habituales), fue selección Oficial de Cannes y, a pesar de que ganó como Mejor Director, no contó
con el favor de la crítica ni del público. Se repuso con Petróleo sangriento
(2007), formidable drama que le mereció a Daniel Day-Lewis su segundo Oscar al
Mejor Actor.
Su
carrera de éxitos siguió con The Master (2012), estrenada en el
Festival de Venecia, donde consiguió el Premio Fipresci, además de las
nominaciones al Oscar para sus protagonistas: Philip Seymor Hoffman, Amy Adams y
Joaquin Phoenix. Phoenix repitió en Inherent Vice (2014), estrenada en
el Festival de New York.
Su más
reciente filme, El hilo fantasma (2017), le mereció 6 nominaciones al Premio
Oscar, entre las que destaco Mejor Director y Mejor Actor (de nuevo para Daniel
Day-Lewis).
El bosque de las máscaras.
Reynolds
Woodcock es un lobo solitario con su mundo en perfecto control y equilibrio. Es
un diseñador de modas en la cúspide del éxito, viste a los miembros más
connotados de la realiza europea, su Casa ofrece el desfile más esperado de
cada temporada y usa a las mujeres de su vida como perfectas maniquíes para sus
diseños.
Este
maravilloso personaje (nueva formidable recreación de Daniel Day-Lewis: no hay
calificativos que le hagan justicia al mejor del negocio) es un lobo resignado
que se cree fuerte, que deposita su porvenir en mantenerse soltero y que cree
que tener ciertas expectativas de los demás es lo que provoca “pena y dolor”.
Pero su
mundo queda patas arriba cuando conoce a Alma (Vicky Krieps, nueva musa), una
mesera de belleza silvestre que le cautiva a primera vista y le calma su
inquietud interior, su malestar de mariposas.
Para
controlar su mundo y todo lo que gravita en él, Woodcock cuenta con la
eficiente complicidad de Cyril, su hermana soltera que le administra hasta las
emociones. La llegada de Alma es apenas la señal para iniciar una guerra
sicológica que desarticula al más equilibrado de los mortales.
Vestir es desvestir.
Woodcock
es un chico hambriento que se lanza a la cacería con todo su charming de conquista. Por supuesto,
cualquier mujer de este planeta caería rendida a sus pies por solo el
privilegio de vestir una de sus creaciones que las torna en perfectas princesas
de cuentos de hadas y convierte sus sueños en una dulce realidad.
Todas
deben desvestirse en cuerpo y alma para Woodcock. En su turno de jugar a Dios,
observa detalles, examina desventuras, toma medidas, disfruta ese momento en
que todas se entregan confiadas a este mago de las telas y los hilos invisibles
que las convierten en la envidia de las demás.
Si lo
desea, puede dotar de senos a la mujer más desprovista. Si así lo quiere,
convierte a la más vulgar en dama de corte.
A Woodcock
le gusta desenmascarar a sus víctimas y lo hace como todo un caballero: aparta
todo maquillaje de la manera más cariñosa, penetra al alma con su mirada
incisiva y hace las preguntas pertinentes.
Pero,
ojo, que no está del todo definido quién es el lobo y quién la Caperucita de
turno.
Los
vestidos, por su parte, pueden portar cualquier cosa: monedas, fotos y hasta
los más recónditos secretos y deseos. Es posible cualquier cosa cuando se cose
una prenda de vestir. Y Reynolds Woodcock lo sabe. Y lo maneja a su favor.
El hilo fantasma pone nueva vez de relieve el magnífico oficio de Anderson como
guionista, las exigencias en su oficio de Lewis (aprendió en la firma
Balenciaga a confeccionar vestidos) y nos sirve un drama que se nos ofrece
impresionante en su aparente simpleza, como los vestidos de buen diseñador.
El hilo fantasma es, sin duda, uno de los mejores estrenos de 2018.
El hilo
fantasma (2017). Dirección, guion y fotografía: Paul Thomas Anderson; Edición:
Dylan Tichenor; Música: Jonny Greenwood; Elenco: Daniel Day-Lewis, Vicky
Krieps, Lesley Manville.
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