José
Enrique Pintor tiene la cualidad del buen cineasta: siempre nos sorprende
agradablemente con cada cosa que hace. Desde el drama de denuncia social como La
cárcel de La Victoria (2004) hasta la comedia con vocación taquillera
como Sanky
Panky (2007), pasando por proyectos tan socialmente sensibles como Mañana
no te olvides (2017).
Ahora
nos presenta el documental Hay un país en el mundo, título el
famoso poema de Pedro Mir, que no es más que un valiosísimo y pertinente canto
a la dominicanidad. Cuando el público lee “documental” piensa que trata de algo
didáctico, pero aburrido. Nada más alejado de la verdad: hay una alegría
contagiosa que nos habita cuando vemos Hay un país en el mundo, tanta, que
a cualquiera le entran hasta ganas de bailar, aspecto bien conocido de nuestra
dominicanidad.
Hay un país en el mundo es la exposición de muchos de los aspectos que conforman nuestra
dominicanidad: desde nuestra historia, arquitectura, creencias, creatividad,
gastronomía, literatura, pasando por el colorido de nuestros barrios y enlazados
por algunos de nuestros temas musicales más emblemáticos. Bueno, con un
cancionero como el dominicano, siempre algún tema se extraña, pero los incluidos
en la banda sonora de Hay un país en el mundo, son parte
indiscutible del soundtrack de nuestras vidas.
Para
mencionar solo unos cuantos de los artistas que aparecen cantando, breve lista:
Joseíto Mateo, Milly Quezada, Sergio Vargas, Peña Suazo, Kinito Méndez, Miriam
Cruz, Fefita La Grande, Anthony Ríos, Niní Cáffaro y Rafael Solano, entre
otros, que interpretan una selección de 20 canciones representativas de la
cultura musical de nuestro país, bajo los arreglos de Antonio González. Sí, es
posible que ya se lo imagine: Hay un país en el mundo es una
auténtica fiesta celebración de nuestra identidad.
Y se me ocurre
que nada más pertinente para consumo de todos los dominicanos en este momento
de nuestra historia en que muchos piensan que peligra nuestro futuro como
nación: somos un pueblo que ha sabido levantarse de todas las adversidades y
hasta cantarlo en un buen merengue. Hay un país en el mundo valoriza y
ensalza nuestros buenos valores a prueba de todo, esa alma buena que es común
en cualquier dominicano, capaz de ser solidario como el que más.
En
palabras del propio Pintor: “Es tiempo de descubrir lo que somos, de entender
de dónde venimos, de valorarnos individualmente y como colectividad, de
apreciar las pequeñas y las grandes cosas que nos rodean”. Nada más apropiado
en estos tiempos de confusión.
Hay un país en el mundo ha sido posible gracias al respaldo del Banco BHD León, materializado
gracias a la Ley de Cine. No se me ocurre mejor regalo al pueblo dominicano, en
el contexto de responsabilidad social que ha mostrado esa empresa y esa
familia.
Creo que
todo aquel que se sienta dominicano tiene el deber de ver este excelente
trabajo, recomendarlo a la familia, a los amigos. Y llegado el momento, que se
integre como material didáctico en todas nuestras escuelas y colegios del país.
Así de valioso es Hay un país en el mundo.
Hay un
país en el mundo (2017). Dirección y guion: José Enrique Pintor; Cinematografía:
Elías Acosta; Edición: Judy Ciprián; Música: Antonio González.
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