Hace 8
años, el reconocido diseñador de modas Tom Ford debutó en el cine con A
Single Man, un filme que conquistó los más exigentes públicos. A tal
punto, que obtuvo el Lion Queer en
el Festival de Venecia, así como la Copa
Volpi para su actor, Colin Firth.
Traigo
su profesión a colación porque desde los créditos de Animales nocturnos, se
evoca un aire de irrealidad, como sueños poblados de mujeres dignas del mejor
Fellini, acaso el mejor homenaje al Maestro italiano o el necesario desagravio
a las víctimas de la moda de las calaveras.
En su
debut en el Festival de Venecia, Animales nocturnos recibió el Gran
Premio del Jurado. Ese solo hecho, nos confirma a Tom Ford como uno de los
mejores talentos de los recientemente incorporados al Séptimo Arte.
Lo
primero que hay que señalar es el sólido guion, del propio Ford (basado en la
novela Tony y Susan, de Austin Wright) que sustenta el filme. Un guion
que desarrolla, de manera simultánea y con creciente tensión, tres eventos
dramáticos, a saber:
a)
(Presente) La vida muelle y aburrida de Susan, una galerista de éxito, junto a
su segundo marido, Hutton, la personificación de la indiferencia, un insensible
mentiroso, que además es infiel.
b)
(Pasado) La vida de expectativas de Susan, junto a su primer marido, Edward, un
escritor muy inseguro de sí mismo, inseguro de lo que puede brindar, desarmado
frente a la batalla clasista de sus suegros y necesitado de su mujer como
primer crítico de sus textos; y
c)
(¿Ficción?) La propia novela de Edward, Animales nocturnos, que nos revela las
desventuras una familia a merced de sicópatas en una carretera perdida de
Texas. Tan perdida, que ni siquiera señal telefónica llega.
De la
maestría de mezclar estos tres eventos surge un filme tan inquietante, como
perturbador. En efecto: suceden cosas espantosas, pero no podemos resistir la
tentación de mirar, de ser testigos de varias atrocidades.
Aquí nos
percatamos de otro de los talentos de Ford: es buen director de actores. Hizo
brillar con luz propia a Colin Firth y Julianne Moore en su filme debut y ahora
logra excelente desempeño de su elenco (casi) completo en Animales nocturnos: Amy
Adams (¿acaso no es una de las mejores carreras de Hollywood?), Jake Gyllenhaal,
Michael Shannon (¿cuándo lo vamos a reverenciar como se lo merece?) y Aaron
Taylor-Johnson, recién premiado con su Globo
de Oro.
Cada uno
de ellos, encarna a un personaje que ha extraviado su destino, que ha cedido al
chantaje moral de sus padres, que se ha ahogado en sus miedos, que ha olvidado
el debido respeto a la ley, que busca cualquier forma de redención, aún sea perversa.
Y justo
es este punto, se difuminan todas las fronteras: reales, morales, temporales.
Elemento a tener en cuenta para reflexionar sobre su final abierto, amargo e
inexpugnable como la ficción de la vida.
Animales nocturnos en un filme para anotar en la agenda de cualquier buen cinéfilo que se
precie de serlo.
Animales
nocturnos (2016). Dirección: Tom Ford; Guion: Tom Ford, basado en la novela “Tony
y Susan” de Austin Wright; Fotografía: Seamus McGarvey; Música: Abel Korzeniowski;
Edición: Joan Sobel; Elenco: Amy Adams, Jake Gyllenhaal, Michael Shannon, Aaron
Taylor-Johnson.
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