Cuando me preguntan por mi película dominicana favorita, invariablemente contesto que Nueba Yol. Y lo justifico por lo que esa película de Angel Muñiz significó para el cine dominicano: gracias al masivo apoyo del público, los empresarios descubrieron el potencial de la industria cinematográfica.
A partir de Nueba Yol no es necesario hipotecar la vida o venderle el alma al diablo para conseguir el financiamiento de una película dominicana. Si alguno lo ha hecho, esa es otra historia.
Fue tan exitosa Nueba Yol que, en el mejor estilo de Hollywood, se cocinó una segunda parte (Nueba Yol 3) que arruinó el núcleo argumental que validaba la historia. Pero esa, también, es otra historia.
Lo cierto es que Angel Muñiz se ha consolidado como director con talento y ha demostrado que, cuando se quiere, se puede.
Ladrones a domicilio es una palpable demostración de la madurez alcanzada por las realizaciones que se hacen en nuestro país. Ya no existe ningún tipo de dudas de que los filmes que se producen en Dominicana llenan las expectativas, en términos de realización, del público más exigente. Sus logros técnicos son indudables.
El riesgo de Muñiz en esta ocasión es el cambio de registro: hasta ahora el público le ha brindado respaldo a sus comedias. Ladrones a domicilio disecciona la sociedad que nos ha tocado vivir para mostrarnos algunos de sus más lamentables aspectos: la corrupción, la injusticia, las desigualdades que adornan esta res-pública.
El problema radica en que Ladrones a domicilio inicia con la lectura de varios titulares noticiosos y nos da la impresión de que a todo lo largo del filme nos ofrece sólo titulares, pinceladas de nuestra realidad, sin profundizar en ninguno. Parecería que se ignora que todos estamos conscientes de lo que ocurre.
El problema es que todos sabemos a quiénes refieren muchos de los personajes del filme pero eso no es suficiente como denuncia y que mejor golpe de efecto se lograría con otros elementos que permitan una lectura entrelíneas.
Una observación extra-cinematográfica: creo firmemente que se debe reflexionar sobre el hecho de que una película, una vez realizada, es un producto al que hay que buscarle su mercado y asegurarle sus consumidores. Los productores deben permitir a los mercadólogos resolver el problema.
En el caso específico de Ladrones a domicilio, su afiche contiene un mensaje muy evidente, pero no sirve a los propósitos de vender o promover la película. Si se cuenta con un elenco conocido por el público: Manolo Ozuna, Johanny Sosa y Miguel Angel Martínez, esos familiares rostros debieron figurar como elementos centrales en el afiche.
Eso se llama Star System y Angel Muñiz lo sabe muy bien.
De cualquier manera, Ladrones a domicilio merece el respaldo del público en el entendido de que es un paso de avance en el proceso que vive el cine dominicano.
Considero que la crítica al afiche merece un análisis aparte que se debe realizar al conjunto de esta propuesta cinematográfica, puesto que todo es un solo paquete, desde la concepción de la idea y su posterior desarrollo hasta todos los elementos publicitarios y de imagen que se involucran. Nuestro cine, en términos mercadológicos y publicitarios, ha adolecido de una correcta funcionalidad y aplicación. Aunque la adaptación criolla de las reglas mercadologicas planteadas en la promoción de un film, han dado en contadas ocasiones, resultados convincentes. Creo que el afiche es una interpretación de un sentir colectivo que Ángel trató de expresar, aunque tuvo que tener una mejor coherencia entre el contenido del discurso con la gráfica. De todas maneras, seguimos aprendiendo.
ResponderBorrarFélix Manuel:
ResponderBorrartotalmente de acuerdo de que el afiche es la interpretación de un sentir colectivo: "se han robado el país". Lo que me pregunto es si sirve a los propósitos de vender el filme. Como señalas, es un aspecto del cine dominicano que merece un espacio de discusión. A fin de cuentas, lo que nos interesa a TODOS por igual es que las películas reciban el respaldo del público.