Reinbou,
filme debut como realizadores para David Maler y Andrés Curbelo, llega a las
pantallas de cines y es una buena noticia por muchas razones.
Primero,
representa la carta de presentación de Maler y Curbelo y ya se sabe la cantidad
de nuevos realizadores es uno de los mejores parámetros para medir el
crecimiento de una industria cinematográfica. Cada nuevo realizador es una
nueva perspectiva, una nueva forma de ver las cosas, una manera distinta de
contar.
Segundo,
parte de la novela homónima de Pedro Cabiya y eso implica que se aleja de las
comedias costumbristas y se gana sus puntos sirviendo de plataforma para la
promoción de algunos de los elementos que conforman la identidad dominicana.
En
efecto, Reinbou es una representativa película de lo que encierra la
Dominicanidad en muchos de sus aspectos. El filme muestra de manera muy
rigurosa y convincente cómo se vivía (y se vive) en nuestros pueblos y (re)crea
muy efectivamente el interior de una casa humilde de campo.
El filme
también contiene varias referencias mágico-realistas como el hecho de que un
libro con un arcoíris dibujado en su tapa (de donde viene el título “reinbou”,
un anglicismo de “rainbow”) sirve de ventana para volver al pasado de la historia
familiar que se cuenta, un pasado que no siempre queda revelado del todo.
También el hecho que al final del arcoíris que forman los aspersores del campo
de golf, el protagonista siempre encuentra “tesoros”.
Y están
presentes una gama de personajes muy bien dibujados en su importancia
dramática: desde el traidor revolucionario convertido en maipiolo, hasta el loco come-niños que nos aterrorizó en la
infancia, pasando por la ama refinada y explotadora, que se cree superior al
resto de los mortales.
Técnicamente,
tiene aspectos muy bien realizados. De todos, destaco la magnífica edición de
Nino Martínez Sosa, uno de los mejores técnicos con que contamos en esa área.
Reinbou
goza de un elenco muy bueno: Héctor Aníbal, Nashla Bogaert, Gerardo Mercedes y
David Maler. Pero es indudable que el gran descubrimiento es Erick Vásquez
quien, como el niño Ángel Maceta, logra conquistar con su carisma a la audiencia. Una difícil
misión de la que sale airoso gracias a su desempeño actoral, demostrando nueva
vez que anda por ahí mucho talento al que solo hay que colocar en el escenario
correcto.
Dicho
todo lo anterior, me preocupa que la película no se haga del todo comprensible
para los “millennials” dominicanos (esa mayoría que no llega a los 40 años) y quienes,
lamentablemente, desconocen los eventos de abril de 1965 y la muerte de Caamaño
en 1973, fechas entre las cuales se ambienta el filme.
El filme
arranca con una frase de Gabriel García Márquez: “Recordar es fácil para el que
tiene memoria. Olvidar es difícil para el que tiene corazón”. Creo que era más
pertinente una pantalla que explicara que sufrimos una invasión militar
americana, porque el marco de referencia histórico es esencial para la
comprensión de un filme de este tipo. Hagan una encuesta entre jóvenes y se darán
cuenta lo que refiero.
Pero,
sin duda, Reinbou contiene muchos de los colores que les son esenciales
al cine dominicano de nuestros días.
Reinbou
(2017). Directores: David Maler y Andrés Curbelo; Guion: David Maler y Andrés
Curbelo, basado en la novela “Reinbou” de Pedro Cabiya; Fotografía: Marc Miró; Edición:
Nino Martínez Sosa; Música: Nicolás Sorín; Elenco: Erick Vásquez, Héctor
Aníbal, Nashla Bogaert, Gerardo Mercedes.