The Tree of Life, del cineasta Terrence Malick, consiguió la Palma de Oro en la 64ta. edición del Festival de Cannes pero, alimentando su aura de anacoreta, no acudió a la gala de premiación.
La pelea de titanes por la Palma de Oro se saldó con la victoria de este realizador de escasas incursiones cinematográficas -seis películas en cincuenta años- pero con gran capacidad para crear expectación y misterio.
Pero las colas ante The Tree of Life -interpretada por Brad Pitt, Sean Penn y Jessica Chastain- habían sido las mayores de todo el certamen y su cinta, cuyo estreno había ido posponiendo durante años a causa del montaje, era todo un evento cinematográfico de gran potencia sensorial y con la ambición de, ni más ni menos, retratar la historia del universo.
Ganador del premio al mejor director en este mismo certamen por Días de cielo y poseedor también del Oso de Oro en Berlín por La delgada línea roja, The Tree of Life sedujo, pese a los abucheos del público y la división en la crítica, al jurado de Robert De Niro, quien dio la decimonovena Palma de Oro a la cinematografía estadounidense, recogida finalmente por el productor de la cinta.
Otra compatriota de Robert De Niro, la joven Kirsten Dunst, fue elegida la mejor actriz por Melancholía, donde retrata con sabiduría inusitada para una actriz de su edad la fragilidad mental de una persona depresiva.
En la categoría masculina, el premiado fue el francés Jean Dujardin, protagonista de la cinta con más calurosa acogida popular, The Artist, en la que se mimetiza de manera deslumbrante con el homenaje al cine mudo estadounidense.
Una de las sorpresas del palmarés fue el premio al mejor director para otro peculiar danés, Nicolas Winding Refn, por su honesto, atmosférico y brutal homenaje al cine de acción de los setenta en Drive, protagonizado por Ryan Gosling.
Y compartiendo el gran premio del jurado, dos vacas sagradas de Cannes: los hermanos Dardenne, que se quedaron a las puertas de su tercera Palma de Oro por la emocionante Le gamin au vélo, y el turco Nuri Bilge Ceylan, por Once Upon a Time in Anatolia.
La comedia israelí Footnote recibió al premio al mejor guión del propio director de la cinta, el israelí Joseph Cedar.
Y, para cerrar la lista de galardones, el premio del jurado recayó en la cinta francesa Polisse, de la realizadora y actriz Maïwenn.
El cine en castellano entró de refilón en el palmarés, puesto que Las acacias, del argentino Pablo Giorgelli, consiguió la Cámara de Oro al mejor debut visto en el certamen.
Por varios años, el ejercicio de la crítica cinematográfica ha sido una de las constancias de mi vida. Esta página es una ventana más que sumo a ese propósito. -José
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lunes, mayo 23, 2011
martes, mayo 03, 2011
Luis Buñuel: genialidad a flor de piel
(Decir Vacaciones de Pascua es decir tiempo de Buen Cine. Esta vez le tocó a Buñuel y es como si todo se hubiera cumplido.
Debo agradecer a Jennifer Ross, Teddy Ureña, Pedro Estrella y Eriberto Cruz por su cinéfila solidaridad. –José)
Y dijo el Maestro Buñuel: “Soy ateo, gracias a Dios.”, y cambió por completo la historia del Cine presentando Un perro andaluz (1929), escrita a cuatro manos junto a Salvador Dalí, obra fundamental del movimiento surrealista. Este filme inquietó como ningún otro a las audiencias del mundo y estableció una nueva forma de provocar a través de las imágenes en movimiento.
Y dijo el Maestro Buñuel: “Los surrealistas luchábamos contra una sociedad a la que detestábamos, utilizando como arma principal el escándalo.” Y cumplió con creces cuando estrenó La edad de oro (1930), rodada gracias a la generosidad de unos aristócratas admiradores. La historia registra que fue incendiado el cine en la que se proyectaba y aquello era música para los oídos de los surrealistas.
Y dijo el Maestro Buñuel: “La casualidad es la gran maestra de todas las cosas. La necesidad viene luego. No tiene la misma pureza.” y, gracias al patrocinio de un amigo que se sacó la lotería, rodó Las Hurdes, tierra sin pan (1933) un trabajo en el que mostraba su extraordinaria sensibilidad social, puesta de manifiesto en filmes posteriores como Los olvidados (1950), Premio al Mejor Director en el Festival de Cannes.
Y dijo el Maestro Buñuel: “Si me dijeran: te quedan veinte años de vida, ¿qué te gustaría hacer durante las veinticuatro horas de cada uno de los días que vas a vivir?, yo respondería: dadme dos horas de vida activa y veinte horas de sueños, con la condición de que luego pueda recordarlos; porque el sueño sólo existe por el recuerdo que lo acaricia.” Y llenó su cine (y nuestras vidas) de sueños, de manera deliberada, con clarividencia genial, en filmes como Los olvidados y Bella de día (1966) (León de Oro en el Festival de Venecia) y El discreto encanto de la burguesía (1972).
Y dijo el Maestro Buñuel, cuando El discreto encanto estuvo entre las nominadas al Oscar: “Estoy convencido de que obtendrá el Óscar. Ya he pagado los veinticinco mil dólares que me han pedido. Los norteamericanos tienen sus defectos, pero son hombres de palabra.” Y la Academia de Hollywood protestó por las declaraciones ofensivas… pero convirtió a Buñuel en el primer director español que ganaba el premio.
Y dijo el Maestro Buñuel: “Creo que el cine ejerce cierto poder hipnótico en el espectador. No hay más que mirar a la gente cuando sale a la calle, después de ver una película: callados, cabizbajos, ausentes.”, y realizó obras como Nazarín (1958, Palma de oro en Cannes), Viridiana (1961, Palma de oro en Cannes), El ángel exterminador (1962) y Simón de desierto (1965, León de plata en el Festival de Venecia) que todavía hoy ejercen una fascinante influencia en las audiencias y nos dejan una interminable serie de preguntas.
Y dijo el Maestro Buñuel: “Me gustan las culebras y, sobre todo, las ratas. Toda mi vida he vivido con ratas, salvo en los últimos años. La rata es un animal apasionante y muy simpático.” Y, para sobresalto de sus seguidores, están presentes en filmes como Viridiana y Ese oscuro objeto del deseo (1977).
Y dijo el Maestro Buñuel: “Yo he pasado en los bares horas deliciosas. El bar es para mí un lugar de meditación y recogimiento, sin el cual la vida es inconcebible.”, y gracias a varios dry-martinis salvó alguna de sus películas como cuando decidió que Ese oscuro objeto del deseo fuera protagonizada por dos actrices (Carole Bouquet y Angela Molina) en el mismo personaje, algo inédito en la historia del cine. El filme ganó el Premio Especial en el Festival de San Sebastán.
Y dijo el Maestro Buñuel: “En sueños, y creo que mi caso no es insólito ni mucho menos, nunca he podido hacer el amor de una manera realmente completa y satisfactoria. El obstáculo más frecuente consiste en las miradas. Cuando por fin creía que había llegado el momento de la penetración, encontraba el sexo cosido, obturado.”, y esa imposiblidad está presente como detonante dramático en Viridiana, El ángel exterminador, Tristana (1970), Bella de día y Ese oscuro objeto del deseo, entre otras.
Y dijo el Maestro Buñuel: “No me gustan la psicología, el análisis y el psicoanálisis. Desde luego, tengo excelentes amigos entre los psicoanalistas, y algunos han escrito para interpretar mis películas desde su punto de vista.”, y nos hemos cansado, ay, de buscar los símbolos contenidos en filmes como Viridiana, La vía láctea (1968), El discreto encanto de la burguesía y El fantasma de la libertad (1974).
Y dijo el Maestro Buñuel: “Una de las encuestas surrealistas más célebres comenzaba con esta pregunta:«¿Qué esperanza, pone usted en el amor?» Yo respondí: «Si amo, toda la esperanza, si no amo, ninguna.» Amar nos parecía indispensable para la vida, para toda acción, para todo pensamiento, para toda búsqueda.”, y todavía no hemos aprendido la lección.
Debo agradecer a Jennifer Ross, Teddy Ureña, Pedro Estrella y Eriberto Cruz por su cinéfila solidaridad. –José)
Y dijo el Maestro Buñuel: “Soy ateo, gracias a Dios.”, y cambió por completo la historia del Cine presentando Un perro andaluz (1929), escrita a cuatro manos junto a Salvador Dalí, obra fundamental del movimiento surrealista. Este filme inquietó como ningún otro a las audiencias del mundo y estableció una nueva forma de provocar a través de las imágenes en movimiento.
Y dijo el Maestro Buñuel: “Los surrealistas luchábamos contra una sociedad a la que detestábamos, utilizando como arma principal el escándalo.” Y cumplió con creces cuando estrenó La edad de oro (1930), rodada gracias a la generosidad de unos aristócratas admiradores. La historia registra que fue incendiado el cine en la que se proyectaba y aquello era música para los oídos de los surrealistas.
Y dijo el Maestro Buñuel: “La casualidad es la gran maestra de todas las cosas. La necesidad viene luego. No tiene la misma pureza.” y, gracias al patrocinio de un amigo que se sacó la lotería, rodó Las Hurdes, tierra sin pan (1933) un trabajo en el que mostraba su extraordinaria sensibilidad social, puesta de manifiesto en filmes posteriores como Los olvidados (1950), Premio al Mejor Director en el Festival de Cannes.
Y dijo el Maestro Buñuel: “Si me dijeran: te quedan veinte años de vida, ¿qué te gustaría hacer durante las veinticuatro horas de cada uno de los días que vas a vivir?, yo respondería: dadme dos horas de vida activa y veinte horas de sueños, con la condición de que luego pueda recordarlos; porque el sueño sólo existe por el recuerdo que lo acaricia.” Y llenó su cine (y nuestras vidas) de sueños, de manera deliberada, con clarividencia genial, en filmes como Los olvidados y Bella de día (1966) (León de Oro en el Festival de Venecia) y El discreto encanto de la burguesía (1972).
Y dijo el Maestro Buñuel, cuando El discreto encanto estuvo entre las nominadas al Oscar: “Estoy convencido de que obtendrá el Óscar. Ya he pagado los veinticinco mil dólares que me han pedido. Los norteamericanos tienen sus defectos, pero son hombres de palabra.” Y la Academia de Hollywood protestó por las declaraciones ofensivas… pero convirtió a Buñuel en el primer director español que ganaba el premio.
Y dijo el Maestro Buñuel: “Creo que el cine ejerce cierto poder hipnótico en el espectador. No hay más que mirar a la gente cuando sale a la calle, después de ver una película: callados, cabizbajos, ausentes.”, y realizó obras como Nazarín (1958, Palma de oro en Cannes), Viridiana (1961, Palma de oro en Cannes), El ángel exterminador (1962) y Simón de desierto (1965, León de plata en el Festival de Venecia) que todavía hoy ejercen una fascinante influencia en las audiencias y nos dejan una interminable serie de preguntas.
Y dijo el Maestro Buñuel: “Me gustan las culebras y, sobre todo, las ratas. Toda mi vida he vivido con ratas, salvo en los últimos años. La rata es un animal apasionante y muy simpático.” Y, para sobresalto de sus seguidores, están presentes en filmes como Viridiana y Ese oscuro objeto del deseo (1977).
Y dijo el Maestro Buñuel: “Yo he pasado en los bares horas deliciosas. El bar es para mí un lugar de meditación y recogimiento, sin el cual la vida es inconcebible.”, y gracias a varios dry-martinis salvó alguna de sus películas como cuando decidió que Ese oscuro objeto del deseo fuera protagonizada por dos actrices (Carole Bouquet y Angela Molina) en el mismo personaje, algo inédito en la historia del cine. El filme ganó el Premio Especial en el Festival de San Sebastán.
Y dijo el Maestro Buñuel: “En sueños, y creo que mi caso no es insólito ni mucho menos, nunca he podido hacer el amor de una manera realmente completa y satisfactoria. El obstáculo más frecuente consiste en las miradas. Cuando por fin creía que había llegado el momento de la penetración, encontraba el sexo cosido, obturado.”, y esa imposiblidad está presente como detonante dramático en Viridiana, El ángel exterminador, Tristana (1970), Bella de día y Ese oscuro objeto del deseo, entre otras.
Y dijo el Maestro Buñuel: “No me gustan la psicología, el análisis y el psicoanálisis. Desde luego, tengo excelentes amigos entre los psicoanalistas, y algunos han escrito para interpretar mis películas desde su punto de vista.”, y nos hemos cansado, ay, de buscar los símbolos contenidos en filmes como Viridiana, La vía láctea (1968), El discreto encanto de la burguesía y El fantasma de la libertad (1974).
Y dijo el Maestro Buñuel: “Una de las encuestas surrealistas más célebres comenzaba con esta pregunta:«¿Qué esperanza, pone usted en el amor?» Yo respondí: «Si amo, toda la esperanza, si no amo, ninguna.» Amar nos parecía indispensable para la vida, para toda acción, para todo pensamiento, para toda búsqueda.”, y todavía no hemos aprendido la lección.