Salma del Carmen Hayek Jiménez es un auténtico milagro: dotada de un cuerpo que parece un manual para jugar al pecado, esta veracruzana guapa y cerebral fue también una de las alumnas más aplicadas del taller interpretativo de Stella Adler. Esto le dotó del coraje para, contra los consejos de amigos a quienes les parecía una quimera, marcharse a conquistar el mundo del cine de Estados Unidos.
No sólo ha logrado establecerse como actriz: ahora es, además, directora y productora, y está enfrascada en parir varios proyectos con su propia compañía Ventanazul, productora que fomenta los temas y el talento latinos en el mercado de Hollywood. Imagino las caras largas de quienes dudaron mucho de su éxito.
El milagro de Maldonado, su debut como directora, se presentó en el Festival del Sundance, el más importante del cine independiente en USA y un escenario para la proyección de lo mejor de latinoamérica, donde fue ovacionada de pie por el público y recibió elogios de la crítica.
El milagro de Maldonado no es una comedia, pero como los mejores dramas, mezcla momentos cómicos con temas serios acerca de la esperanza, la redención, el amor y también toca el aspecto de la inmigración ilegal en la frontera entre Estados Unidos y México.
Por si falta algún punto que sumar, Salma (elegida en el 2001 por People como la “artista femenina más sexy”) es también una defensora a ultranza de la comunidad latina en Estados Unidos.
Ya lo dije al principio: un auténtico milagro de la naturaleza.
Por varios años, el ejercicio de la crítica cinematográfica ha sido una de las constancias de mi vida. Esta página es una ventana más que sumo a ese propósito. -José
Páginas
▼
martes, agosto 21, 2007
jueves, agosto 16, 2007
Mi cine está de novio
El cine dominicano está de novio. Su (por el momento) conveniente relación es con la televisión. En efecto, nuestro cine atraviesa por su necesaria etapa televisiva. Me explico: el cine dominicano se sustenta gracias al talento de la televisión que da el salto de pantallas.
Con el estreno de Mi novia está de madre, dirigida por Archie López y protagonizada por Roberto Angel Salcedo, Patricia Manterola, Pamela Sued, Cuquín Victoria y Frank Perozo, se pone de manifiesto esa tendencia.
Aclaro que no tiene nada de malo el escenario donde se ha formado el talento que nutre al cine dominicano. Muy por el contrario, la presencia de figuras muy conocidas por el público, equivale a nuestro particular sistema de estrellas, uno de los soportes para el crecimiento de la industria del cine americano.
Mi novia está de madre es la típica comedia de enredos que está llamada a convertirse en otro éxito de público para el incansable Roberto Angel. De hecho, él protagonizó Un macho de mujer, la única película dominicana que tuvo masivo respaldo en el 2006.
Mi novia está de madre cumple con creces su propósito de que los espectadores pasen un buen rato en el cine. Uno de sus mejores puntos es lograr que la gente ría sin necesidad de caer en vulgaridades. El fraseo popular es la base de los diálogos de los personajes y se siente la sintonía con la audiencia: todo el mundo celebra las ocurrencias.
Como libretista, Roberto Angel recurre a los estereotipos habituales (intelectual aburrido, chica postmoderna, solitaria mujer madura, homosexual sentimentaloide, ex-esposos posesivos) para sus personajes y enfrenta ideas en su nivel más simple (música clásica/reggaetón, biblioteca/discoteca, romance/sexo). Su mejor punto está en la inteligente vuelta de tuerca que le evita caer en un final que no esté a la altura de las expectativas del público.
La presencia de Domingo Bermúdez, Manuel Corripio y José Miguel Bonetti como productores ejecutivos habla muy bien de la salud y las potencialidades del cine dominicano: ellos son empresarios de muy bien ganado prestigio que ven este filme como una buena y rentable inversión.
Técnicamente es una de las realizaciones de mejor factura. No puedo hablar de actuaciones sino de eficiente desempeño: todos aportan para que las situaciones resulten hilarantes. Si se fijan en los bloopers de los créditos finales, el inmenso Cuquín Victoria saca de concentración al extraordinario Iván García: pide a gritos alguien que le escriba una película para un lucimiento histórico.
En definitiva, Mi novia está de madre es otro paso hacia delante en el gratificante momento que vive el cine dominicano.
Con el estreno de Mi novia está de madre, dirigida por Archie López y protagonizada por Roberto Angel Salcedo, Patricia Manterola, Pamela Sued, Cuquín Victoria y Frank Perozo, se pone de manifiesto esa tendencia.
Aclaro que no tiene nada de malo el escenario donde se ha formado el talento que nutre al cine dominicano. Muy por el contrario, la presencia de figuras muy conocidas por el público, equivale a nuestro particular sistema de estrellas, uno de los soportes para el crecimiento de la industria del cine americano.
Mi novia está de madre es la típica comedia de enredos que está llamada a convertirse en otro éxito de público para el incansable Roberto Angel. De hecho, él protagonizó Un macho de mujer, la única película dominicana que tuvo masivo respaldo en el 2006.
Mi novia está de madre cumple con creces su propósito de que los espectadores pasen un buen rato en el cine. Uno de sus mejores puntos es lograr que la gente ría sin necesidad de caer en vulgaridades. El fraseo popular es la base de los diálogos de los personajes y se siente la sintonía con la audiencia: todo el mundo celebra las ocurrencias.
Como libretista, Roberto Angel recurre a los estereotipos habituales (intelectual aburrido, chica postmoderna, solitaria mujer madura, homosexual sentimentaloide, ex-esposos posesivos) para sus personajes y enfrenta ideas en su nivel más simple (música clásica/reggaetón, biblioteca/discoteca, romance/sexo). Su mejor punto está en la inteligente vuelta de tuerca que le evita caer en un final que no esté a la altura de las expectativas del público.
La presencia de Domingo Bermúdez, Manuel Corripio y José Miguel Bonetti como productores ejecutivos habla muy bien de la salud y las potencialidades del cine dominicano: ellos son empresarios de muy bien ganado prestigio que ven este filme como una buena y rentable inversión.
Técnicamente es una de las realizaciones de mejor factura. No puedo hablar de actuaciones sino de eficiente desempeño: todos aportan para que las situaciones resulten hilarantes. Si se fijan en los bloopers de los créditos finales, el inmenso Cuquín Victoria saca de concentración al extraordinario Iván García: pide a gritos alguien que le escriba una película para un lucimiento histórico.
En definitiva, Mi novia está de madre es otro paso hacia delante en el gratificante momento que vive el cine dominicano.